Suzy y el correo basura para científicos

Suzy y el correo basura para científicos

Por si alguien lo duda los científicos no estamos a salvo del correo basura, sólo que a nosotros en vez de vales promocionales, ofertas de viajes, o webs de citas nos envían otro tipo de anuncios. Básicamente somos el blanco fácil de editoriales y sociedades científicas (Wiley, Elsevier, Nature, APS, IOP, MRS, etc.) que nos dicen lo buenas que son sus revistas, los artículos más novedosos en nuestro campo, si queremos escribir un libro, o cosas por el estilo, porque la Ciencia también es un negocio para algunos. Pero sobre todo, sufrimos un bombardeo enorme de congresos. Como ya mencioné en otra entrada los congresos son una actividad fundamental en la ciencia pero el problema es que una vez que vas a uno tus datos empiezan a circular en listas de distribución que no controlas. Como podéis imaginar esas listas sólo crecen con cada nuevo congreso.

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La mayor parte de las veces el correo que nos llega es una cordial «invitación» para asistir a una nueva conferencia. Lo que en realidad significa es que te invitan a pagar por ir a la conferencia. Y aquí quiero detenerme para aclarar que, para los que no estén en el mundo de la investigación: NO, no nos pagan por ir a los congresos; es al revés. Sí, es nuestro trabajo pero divulgarlo nos cuesta dinero (o más bien le cuesta dinero a los que nos financian, ya sea el Estado, la Universidad o la UE). He perdido la cuenta del número de veces que me han invitado a conferencias en China, o que me han escrito para dar una charla sobre mi último artículo en algún lugar exótico como Cancún, Hawai o Creta (el de Cancún me lo planteé seriamente =).

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Visita al templo de Segesta (Sicilia) durante mi conferencia. El Ferrari no es mío.

Pues bien, hace 8 años tuve un congreso en Sicilia que recuerdo con mucho cariño por varias razones (¡cómo olvidar una charla con la ecuación de Dirac presidiendo la sala!). El congreso era sobre canalización iónica, pero lo importante ahora es que fui y que desde entonces tienen mi dirección de correo y recibo, cómo no, sus notificaciones puntualmente. El caso es que la (incompetente) organización del congreso no tiene la lista oculta, sino que todo el mundo puede responder a todo el mundo, y el otro día de repente llegó un correo que decía:

Estimado Sultan,

No he podido subir mi tesis. El sistema me pide una contraseña pero no la sé. Mando la tesis por correo a listadelcongreso@blabla.it con copia a ti. ¿Es suficiente? Saludos,

Vladimir

Por supuesto, la contestación no tardó en aparecer, pero no fue de Sultan. En vez de eso nos llegan otros tres correos de personas distintas, que hartas de recibir los mensajes dicen:

Hola, ¿me podéis quitar de esta lista? Gracias.

Una nueva persona hace acto de presencia y con algo más de juicio envía (a todos) una única frase:

¿¿Queréis parar ya de mandar las contestaciones a TODA LA LISTA??

Pero no. No paró. La gente seguía mandando correos pidiendo que le borraran, diciendo que no pensaban ir a la conferencia y que llevaban 15 años sin trabajar en ese tema, preguntando de dónde salía eso… Pero siempre con copia a todo el mundo. Un nuevo correo:

Por favor, ¡dejad de responder a toda la lista! Una persona estúpida lo hace y ya es malo. Los organizadores son tan poco profesionales como para no poner la lista en copia oculta, vale. Pero vosotros lo estáis empeorando pidiendo que os saquen de la lista a todo el mundo que está en ella. Marcad el correo como basura y ya. 

¿Adivináis el siguiente correo? Justo: «quitarme a mí también». Yo estaba atónito viendo llegar correos cada minuto. Uno más.

Basta

De repente, alguien cercano a la organización toma cartas en el asunto y escribe (a todos):

Me comunican que Sultan no puede atender los correos porque ha tenido que viajar urgentemente a Rusia por la muerte de un familiar. Mis disculpas a los que se han sentido molestos por el excesivo envío de correos. No obstante, como señal de respeto y condolencia os propongo dejar de responder a la lista común. Podéis enviar a mi correo las solicitudes de baja y yo se las pasaré a la vuelta.

Pues nada. Otro correo a todos, y ¡ahora en italiano!

Come molti altri collegui io chiedo di essere cancellato ASAP dalla vostra mailing list. Grazie.

Muerto de risa de lo ridículo que era todo va y llega otro nuevo (a todos):

Por favor, no respondáis a la lista común, sólo a mí. 

Después de esto la cosa paró y todos los integrantes de la lista pudimos trabajar un poco… hasta que llegó otro:

Sólo uso la canalización iónica para hablar con mi gata muerta Suzy. Ambos queremos que nos borréis de la lista.

31 correos después había empezado un nuevo día en el laboratorio…