Gravity y la ciencia-espectáculo

Gravity y la ciencia-espectáculo

Ayer se juntaron dos acontecimientos totalmente desconectados que me hicieron reflexionar sobre un mismo problema, así que me he lanzado a pensarlo en alto o, si lo preferís ya que está de moda, a abrir un nuevo melón. El melón de la ciencia-espectáculo.

Ayer, como ya sabréis era viernes. Y los viernes se merecen una buena película. Como no tenía nada nuevo para ver me decidí por revisitar alguna de mi disco duro, y la agraciada de la noche fue Gravity, la famosa película de Alfonso Cuarón. No recordaba muchos detalles de ella, pero sí el buen gusto que me dejaron los planos y lo bien que refleja sentimientos a través de ellos. Y me reafirmé en esa opinión y en que es una buena película.

Digo esto porque Gravity maltrata bastante a la Física y fue abiertamente criticada por ello. Una de las críticas con mayor repercusión en su momento fue la de Neil de Grasse Tyson, así que me puse a ver un vídeo suyo. Efectivamente, mencionaba que los satélites de telecomunicaciones están en una órbita geoestacionaria a unos 35000 km y que por lo tanto los astronautas no podían perder las comunicaciones pese a la supuesta destrucción en cadena de la película (conocida como síndrome de Kessler). Pero esta entrada no va sobre el espacio, y en realidad la crítica que llamó mi atención por encima de todas las demás fue una no científica: ¿Porqué disfrutamos más una película de ciencia-ficción creada en un espacio fingido de lo que disfrutamos con los astronautas reales en el espacio real?

Tuit de Neil de Grasse sobre nuestra incoherencia

Aunque es algo de lo que ya he hablado alguna vez en el blog esa pregunta me dejó tocado. ¿Por qué? ¿Por qué un viaje al espacio no es noticia? ¿Por qué no hay programas debatiendo sobre ello día y noche como lo hacen de fútbol o de famosos? ¿Qué más tiene que hacer la ciencia para atraer la atención de la gente, para robar espacio en la radio, la televisión, las redes sociales..?

Curiosamente mientras estaba pensando esto llegó un mensaje de mi amigo Rafa por whatsapp con otro tuit. Y es que ayer era la noche europea de los investigadores, una actividad pensada para acercar la ciencia a la sociedad desde muchas instituciones distintas. En una de esas actividades, desgraciadamente, el experimento que hicieron salió mal y hubo varios heridos.

Sentí una mezcla de rabia e impotencia, la verdad. Como comprenderéis estoy totalmente a favor de acercar la ciencia a la sociedad, y especialmente la investigación (que no es lo mismo). Pero ¿por qué hay que hacerlo con explosiones? ¿Por qué tenemos que convertir la ciencia en un circo o un parque de atracciones? Os aseguro que, como investigador, no he hecho una reacción explosiva en mi vida. Es más, si entráis en mi laboratorio encontraréis los productos químicos guardados y etiquetados, equipos de protección y señales de advertencia. Todo lo contrario a lo que enseñamos a la sociedad.

No me interesa discutir las medidas de seguridad del evento. Eso queda para las autoridades pertinentes. A mí lo que me interesa de verdad es por qué había que hacer un evento así. ¿Por qué tenemos que disfrazarnos para enseñar la ciencia? Porque os aseguro que hacer explosiones con bidones es un disfraz. Ningún investigador se dedica a eso. ¿En qué acerca eso nuestro día a día a la sociedad?

Os diré lo que pienso que para eso tengo un blog. Creo firmemente que la ciencia sí es un espectáculo. Es fascinante, asombrosa, profunda, incluso mística, en el mejor sentido de esa palabra. Pero es un espectáculo silencioso, tomando prestada la palabra a Ignacio Martil. El espectáculo de la ciencia es que sepas qué tiempo va a hacer dentro de tres días gracias a un satélite colocado ahí con el esfuerzo y los cálculos de cientos de investigadores. El espectáculo es que más de 100000 aviones despeguen y aterricen con éxito cada día llevando a miles de personas, también gracias a ingenieros que rastrean hasta la mínima desviación de la toleracia en las piezas. Espectáculo es que enciendas tu móvil y puedas hablar con gente al otro lado del planeta mientras conduces en tu coche y sin mover un solo dedo, sólo pidiéndolo al micrófono. Hasta un péndulo, por simple que sea, puede ser un verdadero espectáculo.

Trayectorias de un péndulo doble.

La ciencia no necesita colores, ni ruido, ni empaquetarla en un show. Eso es un error. No tenemos que hacer de la ciencia un espectáculo mayor; tenemos que contar mejor el enorme espectáculo que es la ciencia.

@DayInLab