No tenemos ni idea

No tenemos ni idea

We have no idea

Mi amigo David me regaló dos libros por mi cumpleaños. El primero era el clásico Gödel, Escher, Bach, que aún no he tenido el valor de abrir. El otro era We have no idea, que acabo de terminar, y del que siento la necesidad de hablaros porque es un libro especial en muchos aspectos.

Lo primero que hace singular al libro es que cuenta con las maravillosas ilustraciones de Jorge Cham, el creador de una de las mejores viñetas sobre la vida científica que conozco (PhDcomics). Lo segundo es que no es un libro tradicional de divulgación. Ni siquiera sé si debería catalogarse de divulgación, porque ese género suele tratar de explicar lo que sabemos de una manera sencilla para el gran público. Pero es que este libro no habla de lo que sabemos; habla, más que nada, sobre lo que no sabemos. De hecho, el libro es fundamentalmente una gran colección de preguntas.

Y es que la Física es maravillosa y nos ha servido para comprender el Universo hasta límites algunas veces impensables. Pero, cuando se deja a un lado el orgullo y se mira bien, ¿cuánto conocemos realmente del Universo? Más bien nada. Sólo el 5% del Universo tiene cosas que podemos entender con nuestra tabla periódica. Del otro 95% básicamente no tenemos ni idea.

El universo es un gráfico de «pi» [Fuente: I have no idea; J. Cham and D. Whiteson (2017)]

El libro es un maravilloso viaje por todas las preguntas que la Física no sabe responder hoy en día. Muchas de ellas empiezan con «¿por qué…?» Por poneros ejemplos: ¿Por qué hay sólo 3 familias de partículas en el Universo? No tenemos ni idea. ¿Por qué hay una velocidad límite (la de la luz) que ningún objeto puede sobrepasar? No tenemos ni idea. ¿Por qué no hay más antimateria en el Universo? No tenemos ni idea. ¿Por qué la gravedad es una fuerza tan diferente de las demás? ¡No tenemos ni idea!

Lo llamamos colisionador de partículas

Así dicho, quizá el libro no os parezca tan atractivo, pero lo es. Lo es porque mezcla todas esas preguntas con una gran variedad de ejemplos, con un lenguaje directo a la vez que cómico (no os dejéis las notas al pie porque son de lo mejor). Más aún, el libro es capaz de tratar temas complejos, como el de las cuatro dimensiones (¿o más?) del Universo, con el punto justo de  rigor y claridad.

Se aprende, se aprende mucho leyéndolo; no sólo porque con el libro se hace un buen ejercicio de autocrítica, sino porque además se repasan muchos conceptos de la física de una manera profunda. No os dejéis engañar, porque este libro puede ser mucho más profundo que otros más aplaudidos.

¿Absurdo?

Una de las partes que más me ha gustado del libro es la que habla de los rayos cósmicos, donde se aborda la pregunta: ¿Por qué hay partículas que nos bombardean a una velocidad absurdamente alta? Ya os lo supondréis: no tenemos ni idea. Para saberlo necesitaríamos medir mucho mejor ese tipo de partículas, y eso requeriría detectores enormes; vamos, del tamaño de la Tierra. Curiosamente Daniel Whiteson, el otro autor del libro, ha propuesto crear una red de millones de detectores en todo el planeta para eso. ¿Cómo? La idea no puede ser más brillante: con un app instalada en teléfonos móviles que use tu cámara como un detector de rayos cósmicos. No obstante, todos los capítulos merecen mucho la pena, y avanzan en escalera hasta una pregunta que es la gran pregunta:

¿estamos solos en el Universo?

Leedlo. We have no idea es un libro que se sale del estereotipo de los libros divulgativos, y en el que encontraréis un buen lugar de reflexión. Quizá no aprendais mucho, porque en realidad no tenemos ni idea de casi nada, pero lo que es seguro es que pasaréis un buen rato y os hará pensar.

@DayInLab


P.D.: Si tenéis la oportunidad os recomiendo leer el libro en inglés. Muchas de las bromas sólo tienen sentido en ese idioma, y cuando tienes que explicar una broma no te ríes tanto.