La travesía final: mirándonos en un espejo de 36000 años

La travesía final: mirándonos en un espejo de 36000 años

Hay sitios en el mundo que son una fuente de enorme espiritualidad por lo pequeños que nos hacen sentir. Se me ocurren, por ejemplo, los impresionantes bosques de secuoyas de California, las sobrecogedoras cataratas de Iguazú, o las infinitas dunas del desierto de Arabia. Pero además de esos sitios donde la Naturaleza nos recuerda lo que somos, hay otros donde nosotros mismos nos vemos reflejados en el espejo, donde nos hablan nuestros antepasados, si sabemos cómo escucharlos… Pensad, si queréis, en las pirámides de Guiza o de Teotihuacán.

Sin embargo, creo que hay máquinas del tiempo aún más espectaculares. Son escasas y oscuras, pero tienen, sin duda, el poder definitivo para enseñarnos lo que somos. Me refiero a las cuevas que habitamos hace miles de años, y en los que comenzó el arte de la escritura, porque comenzamos a escribir con imágenes antes que con palabras.

Rinocerontes de la cueva de Chauvet.

Una de esas cuevas es Chauvet, un sitio arqueológico descubierto en 1994 en el sur de Francia. Como patrimonio de la humanidad, Chauvet tiene algunas de las pinturas rupestres más antiguas conocidas, una ventana al pasado que nos muestra hasta 13 especies diferentes de animales, incluyendo osos, leones, hienas, caballos y rinocerontes. Algunas de estas especies rara vez se han encontrado en otras cuevas. Datada por radiocarbono, se sabe que sus pinturas más antiguas tienen unos 30000 años de antigüedad.

Chauvet, como muchas otras cuevas de arte rupestre, no está abierta al público (y posiblemente nunca lo esté), pero por primera vez se ha lanzado una película que recorre la cueva y que permite visitar este monumento como si estuviérais ahí. He pensado que ahora que los museos sólo se pueden visitar con una pantalla de ordenador, esta hermosa sala de pinturas os gustaría. Además, estára disponible únicamente hasta el 7 de junio de 2020.

Os animo a apagar la luz de la habitación, cerrar la puerta y las ventanas, y regresar a nuestros orígenes. Os animo a dar el paso final para conoceros a vosotros mismos.

@DayInLab