Dirac, ¿y eso para qué sirve?
En mi primera entrada del blog prometí que algún día os hablaría de mi momento preferido de la ciencia y hoy ha llegado el día porque Nuria lo ha contado tan bien en la final de Famelab que a partir de ahora la gente sólo querrá ver su video… =)
Es una historia que he contado muchas veces porque como profesor siempre me he tenido que enfrentar a la desagradable pregunta: «¿y eso para qué sirve?» Desgraciadamente vivimos en una sociedad en la que se da valor sólo a lo inmediato y a lo material, así que no se aprecia para nada el conocimiento, que no es ni una cosa ni la otra. Existe además la ridícula idea de que hay que justificar el conocimiento con la utilidad, cuando el conocimiento debería ser un fin en sí mismo. Esta entrada va para todos aquellos que alguna vez preguntaron «¿y eso para qué sirve?». Si leéis la entrada hasta el final os garantizo que jamás volveréis a preguntarlo.
El protagonista de mi historia es Paul Adrien Maurice Dirac, y tendréis que viajar a los primeros años del siglo XX para entenderla. En esa época dos revoluciones científicas sin precedentes se producían casi simultáneamente en la Física. Por un lado, Albert Einstein había publicado su famosa teoría especial de la relatividad, donde se rompía con los conceptos de espacio y tiempo absolutos, un principio básico de la Física de Newton al que tendríamos que renunciar desde entonces. Por otro lado se descubrían las increíbles propiedades de la materia a escala atómica con el nacimiento de la mecánica cuántica. Sus cuatro características más sorprendentes eran la ubicuidad (una cosa puede estar en varios sitios -estados- al mismo tiempo), el no determinismo (al medir algo se pueden obtener resultados diferentes aleatoriamente), la no-localidad (lo que pasa en un sitio puede afectar a sitios lejanos instantáneamente) y la incertidumbre (no se pueden conocer con precisión dos propiedades relacionadas entre sí).
Este cambio en las reglas del juego de la Física supuso una renovación conceptual muy difícil y no fue algo inmediato ni mucho menos. En algunos aspectos las dos nuevas teorías no se llevaban bien (la relatividad al fin y al cabo no era tan radical como la cuántica) y costó mucho reconciliarlas… hasta qué llegó Dirac.
En 1928 Dirac se propuso encontrar la ecuación del electrón libre relativista, porque la ecuación de Schrödinger no cumplía con los requisitos de la teoría de Einstein¹, es decir, no trataba por igual espacio y tiempo, y no incorporaba la energía en reposo (el famoso E=mc²). Además de eso no explicaba el espín, una propiedad fundamental de las partículas sin equivalencia clásica, pero que separa la naturaleza en dos familias totalmente distintas: bosones (como el fotón, de espín entero) y fermiones (como el electrón, de espín semientero). Para los que no sois físicos el espín os resultará una tontería pero debéis saber que es tan importante que las fuerzas de la naturaleza se transmiten sólo por bosones, mientras que las partículas más elementales están formadas sólo por fermiones.
Para devolver a la ecuación de Schrödinger su carácter relativista Dirac tuvo que hacer varias transformaciones e incluir cuatro nuevas constantes (las matrices α), totalmente independientes de las variables espacio-tiempo y del momento de la partícula. Eso quería decir que representaban un grado interno de libertad, una característica intrínseca de la partícula como la masa, pero una característica nueva.
Dirac estudió sus propiedades y encontró que tres de esas constantes (α1, α2, α3) ¡eran precisamente las matrices de Pauli! que describen las tres componentes de espín del electrón. Esto era algo grande, verdaderamente asombroso, porque explicaba por primera vez el origen del espín como una necesidad de la naturaleza para mantener la simetría espacio-tiempo de la relatividad en mecánica cuántica.
Pero quedaba todavía una constante más (α0), y una sorpresa mayor. Esta constante estaba relacionada con la energía en reposo de la partícula, y sorprendentemente podía tomar valores positivos (lo esperado para el electrón, +mc²) pero también ¡¡¡valores negativos!!! (-mc²). Esto era totalmente insólito. Dirac andaba buscando una solución positiva (la del electrón), pero se topó con dos, y una de ellas parecía tener energías negativas. Era el equivalente a hacer la raíz cuadrada de 4; tienes la solución normal (+2) pero también otra inesperada (-2).
Dirac entendió pronto que su ecuación predecía una nueva partícula, que era una especie de antielectrón, con las mismas propiedades pero con carga positiva y una energía negativa. Su primer intento fue identificar esa partícula con el protón pero había varios argumentos en contra (la partícula tenía que ser exactamente de la misma masa que el electrón, y el protón es unas 2000 veces más pesado). Así que Dirac acababa de dar con una partícula que experimentalmente jamás se había detectado.
Dirac seguía unos principios matemáticos muy claros y estaba seguro de que su ecuación era correcta:
Este resultado es demasiado bello para ser falso. La belleza de una ecuación es más importante que ajustarse al experimento.
Tenía razón. Tan sólo cuatro años más tarde, Carl David Anderson (1905-1991) estaba fotografiando las trazas de partículas producidas por rayos cósmicos en una cámara de ionización cuando encontró una partícula con la masa del electrón, pero con carga positiva. ¡Exactamente lo que Dirac había predicho! A esa partícula se le dió el nombre de positrón y fue la primera evidencia experimental de que la antimateria existía.
La antimateria es exactamente igual que la materia ordinaria, sólo que con algunas propiedades cambiadas como la carga o el espín. Sin embargo, cuando una partícula se encuentra con su antipartícula se produce un fenómeno físico de aniquilación, en el cual ambas partículas desaparecen liberando una gran cantidad de energía. Por ejemplo, cuando un electrón se encuentra con un positrón ambas partículas se desintegran produciendo dos fotones de 511 keV de energía.
Por alguna razón que no esta todavía clara el mundo en el que vivimos está formado casi exclusivamente por materia ordinaria. La antimateria sólo se produce en ciertas desintegraciones radiactivas o artificialmente en aceleradores de partículas. Se calcula que, desde su descubrimiento, sólo se ha producido 1 nanogramo de antimateria. No obstante, existen instalaciones como el ALPHA del CERN donde se producen (y se intentan atrapar) antiátomos.
Pero diréis… Todo esto es muy bonito, pero sigues sin decirme para qué sirve. Y es verdad. Hasta ahora sólo os he hablado de un descubrimiento revolucionario: el de encontrar antimateria en el Universo. Pero esto no era más que conocimiento, sin ninguna utilidad práctica. Y es que muy frecuentemente la ciencia va por delante de la tecnología, así que las aplicaciones llegan siempre después: cuando se ha entendido de verdad lo que pasa. ¿Queréis saber para qué sirve la antimateria? Mirad a la derecha…
Lo que estáis viendo es una reconstrucción 3D de un paciente hecha con tomografía por emisión de positrones (PET). Voy a repetirlo: PO-SI-TRO-NES. Y voy a repetirlo todavía otra vez más: PO-SI-TRO-NES. Esos positrones que ni siquiera sabíamos que existían hasta que llegó Dirac, esos positrones que no eran más que pura teoría hasta que los descubrió Anderson, esos mismos positrones que prácticamente no existen en nuestro mundo repleto de materia normal… Resulta que hoy en día sirven para la detección de tumores.
Ya, ahora querréis saber cómo, ¿verdad? Bueno, si habéis llegado hasta aquí os lo merecéis. La idea física es la siguiente: sabemos que cuando un positrón se encuentra con un electrón se aniquila emitiendo dos fotones exactamente idénticos (de 511 keV), pero en sentidos opuestos. Pues bien, si detectamos esos dos fotones en coincidencia (es decir, que sabemos que se han producido a la vez) podemos reconstruir el origen de la aniquilación y determinar con bastante precisión el lugar en el que se ha producido. Esa aniquilación no ocurre prácticamente nunca en nuestros cuerpos porque estamos formados sólo por vulgares electrones, pero ¿y si nos inyectaran positrones?
Inyectarnos positrones no es tan sencillo porque no se venden en pastillas, pero se puede hacer. En realidad lo que se hace no es inyectar directamente positrones, sino inyectar un radioisótopo que se desintegra emitiendo positrones. El isótopo más fácil de producir con esas características es el Flúor-18 (que se obtiene por transmutación del Oxígeno-18 usando ciclotrones²). El Flúor-18 tiene además una gran habilidad: puede unirse a la glucosa formando un compuesto denominado fluorodesoxiglucosa (18FDG). Y la glucosa es una molécula que nuestro organismo consume de manera natural por lo que puede usarse como marcador o trazador en el paciente. ¿Qué sucede entonces cuando se introduce ese marcador radiactivo en tu cuerpo?
Sucede que la glucosa es el combustible típico de nuestros órganos, especialmente de nuestro cerebro, porque proporciona mucha energía. Ahora bien, cuando se produce un crecimiento o una reproducción exageradamente alta de células (como en un tumor), hay un consumo anormal de glucosa, lo que hace que nuestro marcador se fije, principalmente, en esas zonas. Como nuestro marcador está lleno de Flúor-18 los positrones se emitirán mayoritariamente en esas regiones de nuestro cuerpo. Tan pronto como se emitan serán aniquilados por los electrones más cercanos, y sus dos fotones en coincidencia nos dirán dónde ha sido eso.
Evidentemente, para que todo esto sea posible hoy hizo falta el desarrollo de muchas partes de la ciencia: detectores de rayos gamma, electrónica de adquisición rápida, técnicas de reconstrucción de imágenes, producción de radioisótopos con aceleradores a nivel industrial, medicina nuclear… Pero nada, nada de esto habría servido si Dirac no se hubiese sentado un día a unificar la relatividad y la mecánica cuántica en una ecuación y hubiese descubierto la antimateria.
Así que la próxima vez que vayáis a preguntar despectivamente «¿y eso para que sirve?», pensádlo dos veces. Lo que hacemos los científicos puede que no sirva para nada hoy, pero quizá algún día te salve la vida³. Y si no me creéis a mí, por lo menos creed a Nuria, que ella sí que sabe…
¹ En realidad Schrödinger obtuvo primero la ecuación relativista, hoy conocida como ecuación Klein-Gordon, pero la descartó por no explicar los resultados experimentales conocidos.
² Los ciclotrones son aceleradores de partículas circulares. Como curiosidad el primer acelerador de partículas del mundo, construído por Ernest Lawrence en 1932 era un ciclotrón.
³ Por si después de esta entrada aún hay alguien que no esté convencido recomiendo la excelente charla «El huevo y la niña» de José Manuel López Nicolás.
Gracias, Nuri, por hacernos pasar tan buenos momentos de ciencia. Te mereces estar en el escenario porque eres una verdadera estrella de la física. =*
[…] un rato pensando con qué ecuación inaugurarla (aunque a estas alturas ya sabéis cuál es mi ecuación preferida), pero el caso es que no me lancé a escribir […]
[…] Aunque la antimateria es rara en el Universo que conocemos por alguna razón que no está del todo clara, resulta que algunos fenómenos nucleares dan lugar a desintegraciones que emiten positrones (e+). La vida de las antipartículas como el positrón es reducida porque, en un mundo rodeado por materia ordinaria, tan pronto como se encuentan con su partícula (el electrón) se aniquilan. Debido a esa propiedad normalmente no observamos la antimateria, y de hecho el positrón fue predicho por P.A.M. Dirac gracias a una ecuación antes de ser observado experimentalmente (ésa es en una de las mejores historias de la ciencia que conozco y merece un capítulo aparte que reservo para otro día). […]
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Es increíble tu blog, y las publicaciones que tienes son geniales, soy estudiante de ingeniería civil, en Cuenca, y te envío un gran abrazo, además de toda la buena vibra ecuatoriana!!
Muchas gracias y bienvenido, Daniel. Me alegro de que te guste.
Hola, por mera curiosidad…
En la web se habla de la ecuación de Dirac como «La mas hermosa» y se da una explicación un tanto básica en la cual no encuentro un verdadero argumento científico.
Quisiera saber si realmente es tal cual lo pintan y si la ecuación reducida es tal como (a+m)y=0
Puesto que no encontré realmente una respuesta me dirijo a la comunidad que realmente sabe del tema.
Desde ya muchas gracias!
Hola Daniel. Lo primero, quizá, sería recordar que el calificativo de «más hermosa» es evidentemente subjetivo. Habrá gente que piense que la ecuación de Einstein de la Relatividad General es más hermosa, o que lo es la segunda ley de la termodinámica, o la ecuación de Euler-Lagrange… Es una elección personal. Respecto a profundizar sobre ella mi recomendación es que leas los Principios de la mecánica cuántica del propio Dirac. Si prefieres internet, puedo sugerirte leer el blog de Cuentos Cuánticos:
https://cuentos-cuanticos.com/2013/07/08/ecuacion-de-dirac-primera-parte/
https://cuentos-cuanticos.com/2013/07/09/ecuacion-de-dirac-segunda-parte/
Pues yo voy a discrepar un poco.
Hablo por mí y como siempre estas cosas no son representativas de nada, pero en mis tiempos de colegio, cuando le preguntaba al profesor «¿por qué?» no era un «por qué alguien ha estudiado esto», era más bien un «¿por qué me lo enseñas?», y nunca me contestaban más allá de un «porque sí», lo cual era una verdadera frustración.
Horas estudiando logaritmos, vectores, derivadas y sin saber por qué… hastío que acabó en dejadez, porque aprender sin motivo ni motivación solo conlleva desinterés.
Más tarde aprendí y descubrí los motivos, para qué servían, por qué eran importantes o por qué lo habían sido, y ahí me enamoré de la ciencia.
Por eso, cuando doy clase me gusta explicar el motivo de las cosas, por qué son importantes para los científicos, por qué fueron importantes cuando no había calculadoras, porque te facilitan explicar la naturaleza…
Y no me engaño, sé que hay ciencias abstractas, puras, sin finalidad, por el simple ansia de conocer más y más, de descubrir hasta dónde puedes llegar, pero mis alumnos no llegan a ese punto y el «¿por qué ?» se traduce en la pregunta más deseada, porque implica curiosidad y deseo de conocer.
Soy abogado
Que envidia más grande me dais.
[…] El momento angular es una magnitud física muy importante, tanto en mecánica clásica como en cuántica, que describe cómo gira un cuerpo y que depende de la masa del cuerpo, su radio y su velocidad de giro (ya está, os he perdido a todos, lo sé =). Resulta que el momento angular se conserva siempre que se dan ciertas simetrías de rotación. El ejemplo más conocido de esta conservación es el de los patinadores girando sobre sí mismos, que pueden controlar su velocidad abriendo o cerrando los brazos. Quizá esto no os impresione mucho, pero resulta que una propiedad esencial de las partículas fundamentales es el espín, un momento angular que separa la naturaleza en dos familias muy diferentes: los bosones y los fermiones. […]
[…] De esto podemos deducir que Ironman tiene pensado usar un haz de partículas: electrones, iones, positrones… Como no he visto qué fuente usa y sólo tiene alta tensión, deduzco que va a sacar […]
[…] La realidad es que no sabemos el origen de OMG, pero el mensaje es claro: las partículas más energéticas se siguen originando “aquí cerca” y “ahora”; debemos seguir mirando allá arriba para encontrar respuestas. Al fin y al cabo, fueron los rayos cósmicos los que nos confirmaron la existencia de la antimateria. […]
Gracias
Esto es lo que se conoce como entrelazamiento cuántico?
[…] que es justo la semivida del F-18. Este isótopo es extremadamente importante en medicina como ya os conté hace tiempo. Se produce artificialmente en aceleradores de partículas a partir del oxígeno, es […]
[…] que me encontró a mí, para describirlo de forma romántica. Se trata de “la ecuación de Dirac“, la cual ha sido llamada como “una de las ecuaciones más bonitas jamás […]
[…] para colisiones electrón-positrón, es decir, para estudiar la aniquilación entre materia y antimateria. Se puso en marcha en 1962, y recibía los electrones a 2.3 GeV del acelerador lineal contiguo. […]
Gracias por toda la información 🙂
Me encantó =-O=-O=-O=-O(◍•ᴗ•◍)❤
[…] (la de la luz) que ningún objeto puede sobrepasar? No tenemos ni idea. ¿Por qué no hay más antimateria en el Universo? No tenemos ni idea. ¿Por qué la gravedad es una fuerza tan diferente de las […]
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Hola, al igual que a Daniel me surge la duda de si es cierto que la ecuación de Dirac es la más hermosa, no en ma era de composición si no en cuanto a explicación, si me parece super impactante esta ecuación y todo lo que Dirac logró desarrollar y descubrir es increíble siquiera poder crear algo de estas magnitudes, pero a mí entender la ecuación simboliza muy poco lo que por Internet circula que es lo siguiente:
si dos sistemas interaccionan entre ellos durante cierto periodo de tiempo y luego se separan, podemos describirlos como dos sistemas distintos, pero de una forma sutil se vuelven un sistema único. Lo que le ocurre a uno sigue afectando al otro, incluso a distancia de kilómetros o años luz».
tal vez sea una manera más simple de explicarla que aquí no muchos alcanzamos a entender y esa es la duda que surge para todos nosotros que tal vez no sabríamos simplificar la ecuación de dicha forma.
[…] Eso no significa que no tengamos que seguir haciendo investigación básica (y sabéis bien mi postura sobre esto), pero quiere decir que a veces tenemos que reflexionar más sobre lo que es […]
Muchas gracias por este post. Muy entretenido para los que estamos siempre en busca de conocimiento. Saludos.
[…] el resto. Lo cierto es que para gran parte de los alumnos estos problemas eran ridículos porque ¿cuándo vas a utilizar eso en tu […]