Una puta mierda

Una puta mierda

Hace tiempo, José Manuel López Nicolás publicó un brutal artículo titulado Una puta mierda. Le pido disculpas por usar su título (espero que no le importe prestármelo) pero es que no lo hay mejor para lo que tengo que contar hoy. Siento asco. Asco de vivir en un país sin oportunidades, en un país de engaños y trapicheos, en un país donde se premia a lo más patético de nuestra sociedad en Gran Hermano y se castiga a los estudiantes más valiosos en nuestras universidades. Siento asco de tener que mendigar para hacer ciencia, de suplicar para conseguir becas, de leer BOEs interminables buscando esa nueva cláusula que te impide hacer la solicitud para un proyecto o una estancia… ¡Ya basta!

Nunca lo he dicho en el blog pero yo estudié en la Universidad Autónoma de Madrid. No sólo hice Físicas, sino que además hice Matemáticas y después de eso todavía me quedaron fuerzas para el doctorado… Llevo cerca de 15 años en esta universidad, como estudiante o como investigador. Siempre ha sido reconocida como una universidad de prestigio y de hecho forma parte de esos llamados «Campus de Excelencia«, pero hoy siendo un profundo asco por ella.

Hoy han denegado la beca a mi estudiante de máster: «ayudas para el fomento de investigación estudios máster-UAM» las llaman. No se atreven ni siquiera a llamarla beca y no me extraña que sientan vergüenza. Prometían 103 ayudas para cubrir el 70% de las tasas del máster (que no es poco considerando las desorbitadas tasas que tienen que pagar los estudiantes) y unos tristes 120 € al mes. Eso, por supuesto, sólo para los mejores estudiantes, con una nota media superior al 7,5.

En realidad mi estudiante está muy por encima de esa media porque no sólo es inteligente, sino que tiene ilusión, tiene ganas de aprender, capacidad de sacrificio, curiosidad, pasión por estar en el laboratorio y hacer ciencia. Para mí será siempre un 10 en cualquier baremo que quieran inventarse y se merece la beca como nadie, aunque eso no le importa nada a la universidad, ya lo sé. Pero resulta que además pasa su arbitrario corte de 7,5. Aún recuerdo como si fuera ayer el día que le dieron las notas y lo feliz que estaba al saber que podría pedir las becas para hacer el máster.

Sin-ciencia-no-hay-futuroEn septiembre nos enteramos de que su solicitud no estaba aceptada porque no puedo ser su tutor. Para la universidad no cuento. ¿Por qué iba a contar? Sólo soy un investigador Juan de la Cierva, ¿qué pretendo? Para los que no lo sepan mi contrato Juan de la Cierva significa que el Ministerio decidió financiarme para investigar (se supone que porque soy bueno). La universidad recibe ese dinero del Ministerio y me paga el sueldo de él, haciendo el «gran esfuerzo» de asumir mis gastos de seguridad social. Investigo y publico mis artículos religiosamente con la afiliación de la universidad, esos mismos artículos que de vez en cuando usan para llenarse la boca hablando de excelencia. De regalo, porque eso va de gratis, doy clases a sus alumnos. No me reconocen todas las horas, pero claro, es que en el fondo tengo que estar agradecido de que me dejen… Nada de eso sirve. Para la beca sólo cuentan los profesores indefinidos de la universidad como tutores.

Como ya me temía todo eso pregunté expresamente antes de solicitarlo, pero me dijeron que no pasaba nada, que sí podía pedirlo. Luego resultó que había hablado con un fantasma, que la información era incorrecta, que las normas eran claras… No volveré a cometer el mismo error. La próxima vez pediré a los fantasmas que me lo dejen por escrito.

Por supuesto recurrimos la decisión. Renuncié a ser tutor y les dije que pusieran a otro compañero del departamento (uno que habría sido cotutor de no haber sido porque las estúpidas normas de la convocatoria no lo permitían). No me importaba. Sólo quería un poco de justicia. Quería que una estudiante que se ha dejado la vida por ser la mejor no se quedara sin beca por mi culpa, por mi osadía de pretender tener derechos por trabajar con un contrato precario en la universidad. No sirvió de nada. Ellos ya tienen la excusa perfecta para no hacer nada, para lavarse las manos. Para ellos sólo es un papel más.

Pero ¿sabéis qué es lo peor?: de las 103 ayudas… ¡les han sobrado 35! Siento asco. No hay otro nombre: esto es una puta mierda.


Nota: Esta entrada fue publicada en el periódico La Vanguardia el 11 de octubre de 2015.