Hace un año ya que escribí 10. Hoy he tenido que hacer otra entrada porque el 10 se ha quedado corto, aunque en realidad no es que el número me importe porque sé bien que nadie le puede poner nota a los momentos extraordinarios que pasan en el laboratorio. Y aunque vivimos en un sistema de escalas y métricas en el que se clasifica a la gente por índices y cuartiles, y del que los profesores somos cómplices, como ya te dije una vez: nunca dejes que nadie te diga lo que vales con un número. Será fácil a partir de ahora, porque tú próxima nota vendrá con letras y será un cum laude. =D

Aún así no quiero que olvides que no hay notas que expresen tu emoción al ver nacer un nuevo plasma en la cámara de vacío (¿morado?), o tu sorpresa al encontrar un bicho encima de la muestra al microscopio electrónico (WTF), o tu satisfacción al comer palomitas mientras crece la estadística del espectro (como si fuera el cine), o tu ilusión por presentar tu trabajo en el primer póster (qué verde más bonito tenía)…

Siempre he creído que éxito es dar lo mejor que tienes, y que el que da todo lo que tiene no está obligado a dar más. Por eso tú no puedes haber triunfado más en la ciencia.

Gracias. Gracias por haber luchado frente a todo y por haber seguido adelante dando lo mejor de ti. He conocido muchos científicos en mi vida, algunos verdaderamente brillantes, pero tú los superas a todos. Las personas como tú me dan esperanza. La gente como tú hace que desee volver a tener otro día en el laboratorio para contarlo aquí. Por eso gracias. Gracias por haberme regalado tantos días así…

¿Te apetece un bombón?