Ya hace un año que decidí empezar a escribir sobre las cosas que me pasaban en el laboratorio y quiero celebrarlo con vosotros, porque sois los que hacéis que tenga sentido. Tengo que reconocer que no había tenido jamás un blog, y únicamente había participado en alguna entrada para el blog de mi amiga Patri, pero como ya os he contado tenía ganas de hacer esto desde que la idea nació en Twitter con @DayInLab. Decidí que era el momento de compartir el día a día del laboratorio en serio, explicando lo que hacemos, por qué lo hacemos, cómo lo hacemos… mostrando lo que vemos, contando nuestros problemas, nuestros viajes, nuestros experimentos, nuestros retos.

La principal razón por la que lo hice es porque creo que la ciencia es hermosa y los que tenemos el privilegio de hacerla también tenemos la obligación de divulgarla. Creo que se lo debemos a la sociedad y además creo que la sociedad lo necesita. Por eso aplaudo cada nueva cuenta, cada nuevo blog de ciencia, cada nuevo comentario. Y es que en este universo que es internet cada nuevo enlace que habla de ciencia es valioso. Son batallas ganadas: cada vez que conseguimos que un eclipse sea noticia antes que el peinado de un futbolista, cada vez que conseguimos que la gente sepa algo sobre el CERN, la ISS, el ya famoso LIGO, o (por qué no) el CSIC en vez de sobre realities de gente, cada vez que una investigación científica llega al telediario o al periódico… vale la pena.

El blog en su primer día (con el pato de mi despacho como protagonista; ¡gracias Mary!)

El blog empezó con mi primer día de laboratorio y mi contacto con la antimateria, pero tengo que reconocer que en ese momento la página tenía un aspecto bastante pobre. Sin embargo, se ha hecho mayor muy rápido, tanto en contenidos como en estilo. Cada nuevo experimento se convierte en una entrada, cada nueva muestra en un ArtInLab, y cada viaje en una historia que tuitear. Y por eso estoy aquí, más de 57000 visitas después…

Como bien me recuerda WordPress la ópera de Sydney tiene un aforo de 2700 personas, así que:

Si el blog fuera un concierto en el Sydney Opera House, podría colgar el cartel de «NO HAY ENTRADAS» durante 21 días consecutivos.

A todo eso hay que juntar vuestras menciones en Twitter (+6000), Facebook (+21000), Menéame (+9000) y Divúlgame (+590). Hay también cerca de 400 imágenes subidas (sale a más de una al día), aunque la que ha sido más protagonista es el Burj Khalifa (mi nanohilo preferido), un recuerdo perfecto de lo sorprendente que es la naturaleza.

Y ¿qué es lo que más os ha gustado del laboratorio? Pues vosotros habéis querido que lo más TOP de este año sea:

1. La sombra de los átomos [Mi fenómeno físico favorito parece que también os gustó mucho.]
2. Dirac, ¿y eso para que sirve? [Una historia de la ciencia que deberíamos recordar siempre.]
3. Falsificando monedas [Una experiencia fantástica de ciencia por diversión.]

Aunque si hay una entrada destacable, a la que quisísteis apoyar como a ninguna otra, ésa fue Una puta mierda. Batió todos los récords del blog en un único día y se convirtió en viral hasta el punto de ser publicada en un periódico de tirada nacional.

Repercusión de DayInLab en este año

En este tiempo he estado acompañado por grandes colaboradores que han hecho el blog más diverso, más interesante y más completo. Quiero agradecerles muy especialmente por tomarse el tiempo de escribir las entradas (sé bien lo que lleva) y por poner tantas ganas. Seguro que este año habrá nuevas estrellas para mi Hall of Fame… =)

También se merecen mención a parte los 27 valientes que decidieron recibir las nuevas noticias del blog por correo electrónico. Gracias por dejarme entrar en vuestra bandeja de entrada: es un honor estar ahí con el resto de spam =P. Tampoco puedo olvidarme de Jorge Bueno, quien, sin conocerme, ha sido un apoyo incondicional desde que nació el blog y es en parte culpable de su éxito.

Y por supuesto, muchas gracias a TODOS vosotros,  por seguirme y leerme y animarme, por este año de ciencia compartida. Gracias.